Episodio 11 - Celebrando la salvación

La palabra del Señor es tan maravillosa; nos ayuda a poder entender tantas cosas bellas. Nos ilustra, nos ilumina, nos hace fuertes. Aún en el momento complicado y difícil, es la palabra de Dios para con nosotros. Que tremendo es que podamos decir en el día de hoy "yo le mostraré mi salvación".

Me encanta esto, el Salmo 91:16 dice: "Le mostraré mi salvación." Yo creo que el día de hoy es un día donde debemos apoderarnos de esa salvación y celebrarla. Porque yo creo que después de todo, de eso es que se trata. Cristo nos ha salvado. Sabes, somos cristianos y muchas veces estamos en la iglesia por tanto tiempo y hasta nos acostumbramos a decir las mismas cosas, a cantar los mismos coros, y hemos perdido el gusto por entender que la mayor alegría de todos y lo que produce gozo en nuestro corazón es la salvación. Estábamos muertos en nuestros delitos y pecados y Cristo nos ha salvado de esa consecuencia terrible de vivir en el pecado y alejado de Dios, que es la muerte. Sabes, el día de hoy es un día de bendición y es un día de celebración de nuestra salvación, porque la salvación es mucho más de lo que nosotros quizás podemos imaginar y contemplar. Miro al Dios, también, que nos salva de esos lugares de oscuridad, de esa enfermedad que para nosotros simplemente nos quebranta y nos entristece. Yo miro la salvación como una expresión de libertad, de seguridad, protección y provisión.

Yo creo que teniendo esta vida abundante, este tesoro de Dios, esa vida que nos da bienestar, y que viene de parte de Dios para nosotros, es extraordinaria. 

Señor, en esta hora eso es lo que yo creo, que tú nos muestras tu salvación. Señor, que bueno, que en este momento podamos glorificarte y alabarte, bendecirte, Señor, y declarar en el día de hoy que estás con nosotros para salvarnos. Señor, que si hay alguna persona escuchando esta reflexión y todavía no te ha recibido en su corazón, no aceptado esa salvación que provees en Cristo, que el día de hoy la acepte para que haya alegría. No saben el cielo, sino en el corazón de aquel, que lo hace. Señor, que pueda entender que la vida es más que el vestido, que ciertamente el cuerpo, más que aquello que puedo calzar o comer. Que nuestra vida debe estar afirmada y dirigida por ti. En el nombre poderoso del Señor, declaro esto. Amén.