Episodio 21 - Derribados mas no destruidos.

¡Dios ha sido bueno con nosotros! Dilo en voz alta, dilo para que todo el mundo te escuche. Dios ha sido bueno. Puede ser que las circunstancias que estás viviendo sean complicadas. Estamos viviendo en un momento histórico, impensable para muchos de nosotros. Los tiempos han cambiado, las oportunidades también. Pero, ¿sabes qué? El día de hoy Dios está cerca de tu corazón, el día de hoy Dios quiere levantarte de una manera poderosa, fuerte, afirmativa para enfrentar la vida. Para enfrentar los retos del momento que te ha tocado vivir. Oramos al Todopoderoso no necesariamente para que nos libre de esos enfrentamientos ni esos retos con los cuales tenemos que librar una batalla profundamente emocional y espiritual. Sino que nos ayude, Señor, desde lo más profundo de nuestro corazón, pedimos ayuda. Creemos que tú eres el Dios que estás con nosotros aquí y ahora. Hoy es el día que has hecho para que yo pueda ser más fuerte en ti y me aferro a tus promesas y me aferro a tu Palabra porque Torre Fuerte es Jehová Dios. A él correrá el justo y será levantado.

Oh, Dios, aquel que hoy está escuchando y sus brazos están caídos, en el nombre poderoso de Aquel que es victorioso, levanta esos brazos, Señor amado, y sosténle fuerte. Tu palabra del Salmo 54:1 "Ven con tu gran poder, oh Dios, y rescátame defiéndeme con tu poder, escucha mi oración oh, Dios. Presta atención a mi ruego." Estamos adoloridos, nos sentimos emocionalmente fatigados, pero confiamos en que tú nos levantarás. Confiamos en tu gran poder.

Oh, Espíritu Santo ministra hoy al corazón del que escucha, aleluya. Que hoy reciba un impacto tan extraordinario, aleluya, se pueda levantarse renovado como las águilas. Porque tú eres el Dios bueno que siempre nos oye, que nos ayudas en el momento de mayor dificultad. El apóstol decía el libro de Corintios: "por todos lados nos presionan las dificultades, pero no nos aplastan." Estamos perplejos, Señor, pero no caemos en la desesperación. Nos sentimos perseguidos, pero nunca abandonados por ti, oh Dios del Cielo. Somos derribados, pero no estamos destruidos. Te suplicamos, oh Dios, que el día de hoy nos sostengas fuerte porque en ti hemos confiado. En el nombre poderoso de aquel que es Rey, Señor y Dios. Cristo Jesús. Amén.