Episodio 23 - La hija de Abraham

Dios te bendiga, mi amado y amada del Señor. Hoy quiero compartir contigo lo que dice el Evangelio según San Lucas en el capítulo 13,  versículo 17. Un sábado, Jesús estaba enseñando en una sinagoga. Allí había una mujer que tenía 18 años de estar jorobada. Un espíritu malo la había dejado así y no podía enderezarse para nada. Cuando Jesús la vio la llamó y le dijo: "Mujer, quedas libre de tu enfermedad." Jesús puso sus manos sobre ella y en ese momento la mujer se enderezó y comenzó a alabar a Dios. El jefe de la sinagoga se enojó mucho con Jesús por lo que Jesús había hecho en un día de descanso obligatorio. Por eso le dijo a la gente que estaba reunida "la semana tiene 6 días para trabajar y uno para descansar. Ustedes deben venir para ser sanados en uno de esos seis días, pero no en sábado. Jesús le contestó: "¿A quién tratan de engañar? Ustedes llevan su buey y su burro a beber agua el día sábado. Y esta mujer vale mucho más que un buey y un burro porque es descendiente de Abraham. Si Satanás y la tuvo enferma durante 18 años, ¿por qué no podría ser sanada en un día sábado? Cuando Jesús dijo esto sus enemigos quedaron avergonzados y el resto de la gente en cambio se puso muy feliz al ver las cosas tan maravillosas que hacía Jesús.
No olvidemos que en el tiempo de Jesús la mujer no tenía valor. Según la historia ningún hombre, menos un rabino, hablaba con mujeres en público y mucho menos las tocaba. Recordemos que el valor de una mujer era derivado de los hombres, así que lo que Jesús está haciendo es histórico. Mire qué maravilloso, la Biblia dice que Jesús la vio. Así que de ser una espectadora, esta mujer comenzó a ser participante de la gracia divina. No solamente la ve, sino que se da cuenta de su condición y la atiende. Estaba encorvada como resultado de un problema espiritual, era una mujer oprimida por el diablo. En la Biblia dice que él la llama y reconoce a esta mujer como importante para él. Una mujer digna porque ella también ha sido hecha a imagen de Dios.
Qué maravilloso porque la lectura bíblica nos dice que Jesús la sana, pero no sólo la sana del cuerpo, la sana del alma y del espíritu. No sólo la sana del cuerpo del alma y del espíritu, sino que la defiende delante de todos: la llama hija de Abraham restaurándole su identidad. ¡Qué maravilloso es que hoy podamos celebrar la libertad de esta mujer! Porque no solamente toca su fibra interior como persona sino que la humaniza y le da un lugar de dignidad en el reino de Dios. Padre oramos a ti por la mucha gente que en el día de hoy posiblemente viven vidas encorvadas, enfermas, y quizás atadas como resultado de la opresión de Satanás. En el nombre poderoso de Jesús declaramos libertad sobre los cuerpos enfermos y sobre las mentes angustiadas. Y te pedimos, oh Dios, que les restaures, que les levantes y que les des una nueva oportunidad. En el nombre poderoso del Señor. Amén