Episodio 4 - Dios nuestro refugio

Señor te amo. Tu eres mi fortaleza. El Señor es mi roca, mi fortaleza y mi libertador. Dios es mi refugio. Él me protege. Mi escudo. Me salva con su poder. Él es mi escondite más alto. Mis enemigos se burlaban de mí pero le pedí ayuda al Señor y Él me rescató de ellos. La muerte me enredó en sus cuerdas y me sentí perdido ante la temible corriente. El lugar de los muertos me enredó en sus cuerdas, tendían ante mi trampas mortales. En medio de la dificultad clamé al Señor y pedí su ayuda; desde su templo Dios escuchó mis lamentos y mis gritos de auxilio.

Qué cosa más extraordinaria la que estoy leyendo. Salmo 18, versión Palabra de Dios para Todos. Es una canción maravillosa que escribe David cuando el Señor lo salva de Saúl y de todos sus enemigos. Yo creo que las mejores composiciones de David las hizo precisamente en el exilio, escapando de la flecha de su enemigo, escapando de la ira de aquel que iba contra él. Escapando, buscando espacio, dónde resguardarse. Porque no todo el mundo estaba de acuerdo con el llamamiento que Dios había depositado en este hombre. La manera tan maravillosa en que Dios lo había ungido para ser rey. Un corazón sensible a la voz de Dios. Un llamamiento claro. No lo buscó, Dios lo busca él.

Qué extraordinario saber que Dios todavía, sigue escogiendo, llamando por su nombre; eso fue lo que hizo con David. En medio de esos procesos antes de llegar al lugar donde Dios lo pone, David pasa por un proceso de vida impresionante, que lo amolda a lo que Dios quería. Que lo afina, que lo humaniza, que le brinda autoridad, que le da lo que necesita para ser rey. Tiene que huir de Saúl porque Saúl quería destruir su vida. Pero lo primero que el salmista dices, "Señor, te amo. Tu eres mi fuerza. Eres mi roca, mi libertador, mi refugio. Tú me proteges." Qué expresiones tan tremendas, las mismas expresiones que hoy debes hacerte tú. "Te amo" Porque es que comenzar la vida, terminar la vida, afirmar la vida, tiene que ver con el amor que le tenemos al Señor. Le hemos dedicado nuestra vida, debemos fortalecernos en Él. Él es nuestra roca y nuestra fortaleza. Él es nuestro refugio. Nuestro protector, nuestro escudo. Nos salva, nos bendice, nos libera

Que la gracia de Dios te acompañe en tu camino y que Dios sea tu fuerza. No esperes que esa fortaleza llegue de los hombres, refúgiate en el Señor y dile, antes de decir cualquier otra cosa, dile al Señor que lo amas. Padre de la misma manera si lo decimos, que te amamos. Que eres importante en nuestra vida. Que tú eres el Dios que nos animas, que estás con nosotros siempre. Que nos das fuerza, que nos das vigor, que nos ayuda Señor. Sostienes nuestra vida de una forma especial, que nos ayuda, Señor amado, para seguir adelante. Para poder ver tu gloria y experimentar tu poder. Gracias Señor, por esta maravillosa experiencia de estar delante de ti y de ser llamados por ti para algo grande. En el nombre poderoso de Jesús. Amén.