Episodio 8 - Destruyendo las trampas mortales

En este día maravilloso que hizo el Señor, Dios tiene para ti una palabra poderosa. Escúchala porque es para ti. Nace del corazón de Dios y es para tu corazón. La Palabra del Señor en el Salmo 91:3 dice "Él te librará del lazo del cazador y de la peste destructora". Yo no sé si alguna vez has visto a una película donde veamos este cazador de pieles que se interna en las montañas y luego le pone un cebo, grandes trampas de acero para para poder ir, verdad, detrás de ese animal tan apreciado para él, y quizás ponerle un cerco, una trampa y ponerle hojas alrededor para que intencionalmente ese animal no perciba que detrás de esa de esas hojas y detrás de todo es escenario, hay una trampa. Esas trampas no están allí por casualidad. El cazador tuvo mucho cuidado para colocarlas en un lugar estratégico. Lo hace porque quiere crear una imagen excelente para que cuando llegue ese animal cotizado y codiciado por el cazador caiga en la trampa.

Yo pienso que en el ámbito nuestro humano también las trampas preparadas por el enemigo para nosotros no son puestas al azar. Son hechas a la medida, cuidadosamente colocadas y cebadas, específicamente para cada uno de nosotros. Pienso que Satanás nos observa y nos estudia también de modo que cuando quedemos atrapados como un animal capturado en una trampa física, sufrimos de un proceso lento y doloroso. Ciertamente, a través de estos procesos de cautiverio no necesariamente morimos al instante. Quedamos enlazados hasta que el cazador llega para destruirnos. ¿Sabes qué? El enemigo sabe exactamente lo que nos cautiva más y qué pensamientos poner en nuestra mente que nos atraigan a la trampa. Es por eso que el apóstol Pablo nos dice en segunda de Corintios capítulo 2 versículo 11 que no debemos ignorar las maquinaciones del enemigo, las trampas de Satanás. En esta hora quiero darte una palabra que pueda desafiarte a que puedas mirar el beneficio de Dios, y la armadura de Dios y las armas de Dios, para la destrucción de estas trampas mortales.

Segunda de Corintios capítulo 10 versículo 4 y 5 dice: "Porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia de Cristo." Examina tu día, examina tu pensamiento, examina lo que estás haciendo. Evalúa y considera en el día de hoy esta palabra para ir en contra de aquello que puede ser trampa para tu vida. Que quizás el enemigo ha puesto delante de ti disfrazado de bien, pero su fin es camino de destrucción.

Señor en esta hora, yo declaro algo poderoso para que ellos en el día de hoy nos están escuchando y puede ser que estén siendo asediados por el enemigo en una trampa mortal. Te pido a Dios que les bendigas de manera especial. Te pido Dios que guardes su vida. Que les bendigas de manera poderosa, que tu Espíritu esté con ellos. Afirmo Dios y su poder glorioso en sus vidas. Reprendemos la oscuridad, declaramos que la luz de Jesucristo llega para bendecir y alumbrar a los que están creyendo a tu Palabra. En el nombre poderoso de Jesús. Amén.